Autor del artículo: Gabriel Neila (@gabineila)
Lector MAEC-AECID en la Universidad de Thammasat (Tailandia)
Seguro que muchos de vosotros habéis oído hablar del Flipped Learning últimamente. Sin duda, este es uno de los temas más en boga en el ámbito de la enseñanza en la actualidad, puesto que este enfoque ha supuesto el principal avance metodológico en este comienzo de siglo. No obstante, para entender en profundidad el alcance y la importancia del Flipped Learning, debemos prestar atención a una de sus definiciones más básicas y completas.
Según Lage, Platt y Treglia (2000) “invertir la clase significa que lo que tradicionalmente sucedía dentro de ella ahora tiene lugar fuera, y viceversa”. Esta idea fue también defendida por Ayala (2014) en un artículo con un título muy aclaratorio: “La clase al revés. Las lecciones, en casa y las tareas, en clase”. Ambos textos son dos buenos puntos de partida para cualquiera que quiera conocer más sobre este enfoque metodológico del que todo el mundo habla hoy en día.
De cualquier modo, si ahondamos más en el significado de este nuevo enfoque metodológico, se podrá comprender que el Flipped Learning trata, a su vez, de dejar fuera de la práctica dentro de la clase diferentes dinámicas y actividades, como la toma de apuntes o el aprendizaje memorístico, que se solían aplicar en las clases magistrales, y que no promueven ni facilitan la adquisición de contenidos, tal y como afirma el profesor Javier Tourón (2013):
Los alumnos ya no son sujetos pacientes que escuchan, hora tras hora, explicaciones interminables que entienden a duras penas; ahora son los protagonistas de su propio aprendizaje. Descubren, con nuestra ayuda, que el aprendizaje es una conquista personal en la que nadie puede suplantarlos.
No obstante, esta última definición se debería precisar aún más para llegar a una comprensión más acertada y concreta sobre los principios que rigen esta nueva metodología tan sumamente activa, y que ha cambiado todos los cánones de la enseñanza hoy en día. Por este motivo, os recomendamos la lectura de otros puntos de vista sobre el Flipped Learning, como el de Hamdan, McKnight y Arfstrom (2013):
Facilitar a los estudiantes los contenidos (en formato de vídeo, páginas web u otros recursos creados o seleccionados por el profesor) para que accedan a ellos a través de internet, generalmente en horario no lectivo, dejando así lo que solían ser los deberes para realizarlos durante la clase, de manera que el profesor pueda ofrecerles una atención más personalizada y tenga una mayor interacción con los alumnos.
De todas estas definiciones se desprende que una de las pretensiones del Flipped Learning es dejar como tarea principal dentro del tiempo de clase la potenciación del proceso de adquisición de conocimientos, clave en el caso de una lengua extranjera como el español. El papel que debe mantener el profesor es también importante, puesto que pasa de ser el centro de todo conocimiento a mantenerse como un guía que debe monitorizar el trabajo que van realizando sus alumnos dentro del tiempo de la clase.
Por otra parte, también hay que tener en cuenta que el enfoque Flipped Learning ancla sus principios teóricos en la conocida taxonomía de Bloom (1956), en tanto en cuanto, el Flipped Learning pretende apoyar todas y cada una de las fases del ciclo de aprendizaje. Recordemos que, para Bloom, estas categorías dentro de su taxonomía eran consideradas como “las metas del proceso de aprendizaje”. Fueron Anderson y Krathwohl (2001) los que, años más tarde, estudiaron y revisaron los objetivos que enunció Bloom para ponerlos al día con la intención de introducirlos en el ámbito educativo del nuevo siglo. El trabajo que ellos elaboraron sirve para comprobar si la citada taxonomía de Bloom sigue siendo productiva dentro de las aulas, en especial, en el caso de las clases de lenguas extranjeras.
De cualquier forma, la pregunta que puede surgiros en este momento es ¿quiénes fueron los primeros profesores que utilizaron el Flipped Learning en el día a día de sus clases? Fueron Jonathan Bergmann y Aaron Sams, dos profesores de química que actualmente trabajan en el Woodland Park High School en Colorado, los que comenzaron a investigar y utilizar el Flipped Learning de manera más sistemática, después de darse cuenta de que algunos estudiantes perdían clases por diversos motivos. Los resultados de sus estudios se pueden consultar en su libro Dale la vuelta a tu clase (2014). Sin duda, esta obra es otra de las referencias fundamentales para aquellos que quieran acercarse al Flipped Learning y a sus aplicaciones didácticas dentro del aula.
El Flipped Learning también debe considerarse como una parte importante dentro del modelo de aprendizaje semipresencial, también conocido como Blended Learning. Con este nuevo concepto nos referimos a la combinación de trabajo presencial dentro del aula y trabajo en línea. En ambos casos el estudiante podría gestionar factores como el lugar, el momento o el espacio en el que trabajará para adquirir los conocimientos.
Teniendo todo esto en cuenta, cabe destacar que el Flipped Learning es un enfoque metodológico del que se derivan algunas desventajas según algunos investigadores. Por ejemplo, Deslauriers y Wiemann (2011) achacan la excesiva dependencia del Flipped Learning hacia las nuevas tecnologías y la excesiva carga de trabajo que supone este enfoque metodológico para el docente. Por estas razones, merecería la pena valorar la posibilidad de si resulta productivo multiplicar el trabajo del profesor para conseguir unos supuestos resultados, todavía inciertos, acerca de la mejora en el proceso de adquisición y aprendizaje de nuestros estudiantes.
Para terminar este artículo, me gustaría recalcar la falta de estudios de entidad relacionados con la aplicación del Flipped Learning en el aula de ELE. Los docentes de este nuevo siglo estamos rodeados de multitud de aplicaciones y nuevas tendencias que permiten a nuestros estudiantes ser más independientes en el aprendizaje, pero reconozcamos que, en muchas ocasiones, todavía no nos atrevemos a dar un paso adelante para darle la vuelta a la clase tradicional. Desde aquí animamos a cualquier profesor de ELE, que esté experimentando con esta nueva forma de trabajar, para que nos cuente su experiencia en lo que comúnmente se denomina darle la vuelta a la clase. Sería una buena forma de dotar de realidad lo que para algunos todavía es una entelequia.
Referencias bibliográficas
Anderson, L. W. and Krathwohl, D. R. (Eds.) (2001). A Taxonomy for Learning, Teaching, and Assessing: A Revision of Bloom’s Taxonomy of Educational Objectives. Boston, MA: Allyn and Bacon.
Ayala A. (2014). La clase al revés. Las lecciones, en casa y las tareas, en clase. Educación 3.0, 13, p. 12-22.
Bergmann, J. y Sams, A. (2014). Dale la vuelta a tu clase. Madrid: SM.
Bloom, B.S. (1956). Taxonomía de los objetivos educacionales, Manual I: El dominio cognitivo. Nueva York: David McKay Co Inc.
Deslauriers, L., & Wieman, C. (2011). Learning and retention of quantum concepts with different teaching methods. Physical Review Special Topics, Physics Education Research, 7, 1-6.
Lage, M. J., Platt, G. T., & Treglia, M. (2000). Inverting the classroom: A gateway to creating an inclusive learning environment. The Journal of Economic Education, 31, 30-43.
Tourón, J. (2013). The Flipped Classroom: ¿no has ‘flipado’ aún? Disponible en: http://www.javiertouron.es/2013/06/the-flipped-classroom-no-has-flipado.html.
Marianela Micaela
18 Mar 2018Excelente artículo, objetivo y claro sobre Flipped Learning.
Muchísimas gracias por los aportes, Gabriel.
Un cordial saludo.
Micaela
Yunuem Jazmín Patlán Hernández.
12 Feb 2021Es una lectura muy interesante. Es muy clara la explicación y ejemplificación de Flipped Learning .
Gracias!
Saludos desde México