«Este es el primer y último caso de Carlos Morales e Isabel Muñoz»
Comencemos por el final. Sí, por el final. Esa frase es la que cierra, de manera casi misteriosa, el caso que dos detectives de Ciudad Capital han resuelto. Y es que a lo largo de sus páginas, estos dos detectives, tan opuestos como el agua y el aceite, llevan al aprendiente de ELE a querer descubrir quién ha sido el autor intelectual de un crimen tan intrigante.
Jennifer Niño
profe-de-espanol.de
Y, ¿cuál es la palabra que conecta este cómic página tras página? Pues el misterio. Podríamos pensar que trabajar historias de detectives y de misterios es una tarea que debe ser dirigida a niveles intermedios y, si se puede, a los niveles superiores. Sin embargo, cuando llevamos un cómic a clase de lengua, tenemos un material o input tan rico en ventajas como páginas pueda tener. En este tipo de materiales, les damos a nuestros aprendientes la guía para que sean ellos los que descubran, poco a poco, los interrogantes y las pruebas a las que se ven sometidos los protagonistas de una determinada historia. Y lo mejor de todo es que están profundizando y mejorando su red léxica y su comprensión lectora: tanto global como selectiva.
Si echamos una mirada más profunda y vemos cuáles son esas ventajas del cómic como herramienta pedagógica, tenemos, en primer lugar, una de las más tangibles y que pudimos conocer gracias al trabajo de Oller (1983) cuando presentaba su Hipótesis del Episodio (Episode Hypothesis); entendiendo episodio como el argumento (Storyline) que conecta coherentemente los contenidos. El autor, en su aporte, sostenía que cualquier tipo de texto, ya fuese escrito u oral, era más fácil de producir, comprender y recordar en la medida en que estuviese estructurado episódicamente. El aprendizaje y retención de vocabulario, por ejemplo, va a ser muchísimo más asequible si este se repite constantemente y de manera dialógica, puesto que supone la comprensión de sinónimos, pronombres y/o colocaciones que están conectados con una determinada palabra.
Si tú, como enseñante de ELE, ya has convertido las historias en una de tus principales herramientas de trabajo, entonces sabrás muy bien de lo que te hablamos. Pero seguramente también has visto qué sucede cuando acompañamos esa historia de otro código más: el visual. En nuestro caso, específicamente, la imagen en el cómic enfoca la información más difícil o crítica y la transforma en un input más fácil de procesar. Existe pues, un menor desgaste cognitivo y un mayor foco en el mensaje transmitido. La imagen del cómic también explota un potencial que otras tipologías textuales no explotan con tanto énfasis: los elementos paralingüísticos y no verbales de la comunicación. Mientras leemos la historia de Carlos e Isabel, entendemos, a través de las viñetas, la representación de la intensidad de la voz, el tono y los matices de los que está impregnado cada mensaje irónico, alegre o intranquilo que ambos emiten.
Lo que vemos aquí es un juego de emociones que surgen de la combinación de texto e imagen. En cuanto a la conexión entre imágenes y emociones, como lo afirma Arnold (2000), existe una relación circular entre ellas. Las imágenes están impregnadas por las emociones, pero al mismo tiempo, las imágenes mentales pueden influir en nuestro desarrollo afectivo. A lo largo de la lectura, el aprendiente se encontrará en diferentes estados emocionales. Puede sentir empatía por alguno de los dos detectives y ponerse nervioso cuando sabe que los protagonistas están a punto de encontrar al verdadero asesino. Cada representación de emociones en las viñetas tiene el potencial de captar y aumentar el interés del lector y de animarlo a continuar la lectura.
En esta práctica intensa del lenguaje oral, podría pensarse que trabajar la ironía es algo que se encuentra relegado a los niveles intermedios o superiores, pues el alumnado en un nivel A1 todavía no cuenta con las herramientas necesarias para reconocerla y construirla. Sin embargo, la naturaleza verboicónica del cómic, característica definitoria del mismo, permite que sea mucho más sencillo, para el alumnado, reconocerla. La representación de los gestos de los personajes junto con su mensaje en la viñeta dan un espacio más claro para su comprensión. En el siguiente ejemplo la detective Muñoz al levantar la ceja y decirle al detective Morales que ya no es joven, tal vez le esté enviando otro mensaje: “Estás viejo y por eso tienes que hacer algo para que no se note”. Pero lo que sí queda claro es que él sí ha entendido el mensaje y su rostro lo expresa. ¿Será así también para el aprendiente? Nosotros creemos que sí.
La lectura
En un lugar ficticio llamado Ciudad Capital, dos detectives, y a quienes el destino les ha jugado una mala racha, se unen para resolver el caso de Alberto Flores. Morales es un detective que se esfuerza por cumplir la ley al pie de la letra. Su nueva compañera, sin embargo, es menos ortodoxa y con técnicas, más bien, cuestionables.
En este cómic dirigido a aprendientes de nivel A1, aparecen los contenidos lingüísticos estudiados en dicho nivel, tales como la descripción del carácter, la personalidad y de lugares. Por otro lado, se exponen situaciones dialógicas en diferentes contextos: en un gimnasio, en un restaurante, en la oficina, entre otros.
Con el objetivo de ayudar al lector en su viaje narrativo, así como para facilitarle el aprendizaje del nuevo vocabulario, se ha creado un glosario al final del libro. En los textos de las viñetas, las palabras que encontramos en dicho glosario se diferencian por su color grisáceo; lo que hace más rápido reconocerlas y buscarlas.
Además, la historia presenta actividades de pre y poslectura. Con ellas se pretende llamar la atención sobre aspectos específicos que proporcionan un andamiaje para hacer más accesible la lectura y la comprensión del texto, al tiempo que consolidan algunos de los contenidos lingüísticos que se estudian en los niveles iniciales.
En definitiva, los cómics y, sobre todo, aquellos que van cargados de misterios y casos por resolver nos parecen ideales como herramienta para los niveles iniciales, aquellos en los que quizá no sea tan fácil captar la atención por la lectura. Seguro que ahora vas a querer descubrir qué ha pasado con el caso de Alberto Flores y cómo nuestra pareja de detectives lo ha resuelto en Una desaparición misteriosa.
Referencias bibliográficas
Arnold, J., 2000. La dimensión afectiva en el aprendizaje de idiomas. Madrid: Edinumen.
Oller, J., 1983. Story Writing Principles and ESL Teaching. TESOL Quarterly, 17(1). 39-53. https://www.jstor.org/stable/3586423